Estas adaptaciones pueden ser anatómicas, pero dentro de las
adaptaciones morfológicas también se incluye el mimetismo y la coloración
críptica. Por ejemplo, entre las adaptaciones de los cactus al ambiente
desértico se encuentran las espinas que son hojas modificadas. Las espinas
protegen a los tejidos suculentos del cactus de potenciales herbívoros, sirven
como lugares de condensación de la humedad del aire y como protección de la
corteza fotosintética contra la insolación intensa y la radiación UV.6 Además,
el color de las espinas (a menudo tienen el color del pasto seco) podría ser
una adaptación para el camuflaje o para el reconocimiento por parte de los
polinizadores o de los dispersantes de las semillas.7
Fisiológica o
funcional: Por ejemplo, la glándula de la sal en las iguanas marinas de las
islas Galápagos es una adaptación que permite a las iguanas, cuyos riñones son
incapaces de producir una orina concentrada, excretar el exceso de sal
incorporado al tragar agua de mar o a través de la superficie del cuerpo.2
Etológica o de
comportamiento: El cortejo de las aves del paraíso (Paradisaeidae) es una
adaptación que permite el reconocimiento de potenciales parejas de la misma
especie. El macho que posee el plumaje y el cortejo más estimulante tiene mayor
probabilidad de dejar mayor número de descendientes y menor número de híbridos.
Por lo que aquellos machos que poseen plumajes especiales y que ejecutan
cortejos elaborados poseen una gran ventaja selectiva.
Adaptación a nivel
molecular: Aunque la evolución por selección natural de rasgos morfológicos,
fisiológicos y comportamentales es aceptada por la mayoría de los biólogos, la
importancia de la selección natural en la evolución molecular es discutida. En
los últimos años se han desarrollado métodos estadísticamente robustos que
permiten detectar evolución molecular adaptativa y se han identificado
numerosos casos de adaptación molecular en varios sistemas de enzimas desde los
virus al hombre.
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