La basura se clasifica en tres
diferentes categorías:
1. Basura orgánica. Se genera de los restos de seres vivos como
plantas y animales, ejemplos: cáscaras de frutas y verduras, cascarones, restos
de alimentos, huesos, papel y telas naturales como la seda, el lino y el
algodón. Este tipo de basura es biodegradable.
2. Basura inorgánica. Proviene de minerales y productos sintéticos,
como los siguientes: metales, plástico, vidrio, cartón plastificado y telas
sintéticas. Dichos materiales no son degradables.
3. Basura sanitaria. Son los materiales utilizados para realizar
curaciones médicas, como gasas, vendas o algodón, papel higiénico, toallas
sanitarias, pañuelos y pañales desechables, etcétera.
Esta última es a la que realmente se considera como basura, ya que en
ella se da la presencia de microorganismos causantes de enfermedades, por
tanto, debe desecharse en bolsas cerradas y marcadas con la leyenda basura
sanitaria.
Los desechos inorgánicos pueden reciclarse o reutilizarse, y los
orgánicos, convertirse en fertilizantes, abonos caseros o alimento para algunos
animales.
Lamentablemente, la mayoría de las actividades que el ser humano
desempeña son generadoras de basura. El problema principal consiste en la
cantidad de desechos producidos, y que en la mayoría de las ocasiones ni
siquiera se cuenta con los espacios suficientes para recibirlos.
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